miércoles, 31 de agosto de 2016

Hoy quiero hablar un poco de mi isla.
Desmentir que Ibiza es sólo drogas, alcohol y sexo.
Estoy HARTA de leer en grupos de Facebook, que Ibiza no es lo que era antes.
Es OBVIO que no es lo de antes. Las cosas avanzan, no nos quedaremos en el 1900 toda la vida.
Pero lo que más rabia me da, por ejemplo los turistas (no todos). Si, vivimos del turismo en esta isla. Pero eso no significa que puedas hacer lo que quieras con la ella.
Espero que todos aquellos que os vais de botellón y lo dejáis todo lleno de porquería, no lo hagáis en vuestra casa. Sino siento comunicaros que tenéis el síndrome de Diógenes.
Las playas están abarrotadas, si. Pero aún así hay calas preciosas en las que puedes estar prácticamente a solas.
Calas con el agua totalmente cristalinas y ni una ola, con una fauna que abunda, pero que, desgraciadamente desaparece por fondear en lugares en que no se permite. Pero como hay dinero de por medio, se hace la lista gorda.
Dueños de mansiones que se apoderan de playas públicas.
Un escándalo si.
El verano aquí es una locura.
Ven en invierno y disfrutarás de la soledad, la amistad que ofrecen los residentes.
Y por último, si. Aquí se puede estudiar e incluso hay una universidad.

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